Como prácticamente todos los seres vivos, las plantas necesitan agua para poder sobrevivir. Además, en la agricultura este aspecto es aún más importante ya que, de no proporcionar los niveles de agua adecuados en cada momento, el rendimiento y productividad del cultivo podría verse afectado. Esto nos lleva a uno de los problemas medioambientales más preocupantes de la actualidad, como es la sequía. Para hacer frente a ella, regar con agua salobre es una de las soluciones más interesantes.

Los problemas actuales con la calidad de agua

La disponibilidad de agua no presenta únicamente problemas en cuanto a su cantidad. La calidad de algunas fuentes de suministro también es un importante factor a tener en cuenta. Regar un cultivo con agua en mal estado puede ser igual o peor que no regarlo. Por ello, hay que considerar los problemas actuales con la calidad del agua.

El primer problema, y posiblemente el más importante, es la presencia de residuos en muchas aguas. La principal causa de esto es el vertido de desechos desde las grandes ciudades o zonas industriales a ríos y caudales de agua que posteriormente son utilizados en la agricultura. De este modo, regar con agua salobre podría ser una potencial solución a las aguas contaminadas.

En segundo lugar, encontramos el tema de las obturaciones en los sistemas de riego. Estas obturaciones y obstrucciones se pueden producir por diversas causas. Entre ellas encontramos los niveles excesivos de carbonatos, hierro o pH, así como la presencia de bacterias.

Por último, otro de los problemas más frecuentes son los altos niveles de salinidad de muchas fuentes de suministro. Esto provoca que los cultivos necesiten más cantidad de agua para obtener los mismos niveles que obtendrían con aguas adecuadas. En consecuencia, el coste del cultivo se incrementará y será menos rentable.

Cómo afecta a los cultivos regar con aguas salobres

Uno de los problemas actuales de la agriculura es la disminución de la calidad del suelo. Para combatirlo, aunque existen soluciones como los ácidos húmicos, es vital regar con aguas en el mejor estado posible. Al utilizar aguas con altos niveles de salinidad en los cultivos, la productividad de estos se está viendo afectada continuamente.

De este modo, si además se combinan varios factores como la alta salinidad del agua, la baja cantidad y los elevados niveles de evaporación, tendrán consecuencias directas en el suelo. Esto se debe a que, a no ser que se produzcan lluvias, las sales se asentarán en las capas superficiales del suelo. Por ello, no se filtrarán a las capas más profundas y seguirán estando en contacto con la planta y sus raíces.

Síntomas de exceso de sales

Detectar los altos niveles de sales en los cultivos es el primer paso para abordar el problema. Como indican en este artículo de Agromática, las características de un suelo salino son:

  • Niveles de pH por debajo de 8,5.
  • Alto contenido en sales solubles
  • La estructura y la permeabilidad del suelo no parecen verse afectadas.

Cómo regar con aguas salinas

El escenario ideal en la agricultura es disponer de agua de la mayor calidad, pero no siempre es posible. En muchos territorios y cultivos es necesario regar con agua salobre ya que no se puede disponer de otra.

Llegados a este punto, lo primero a tener en cuenta a la hora de regar con agua salobre son los niveles de salinidad del agua. Cuanto más salina sea el agua, habrá más posibilidades de que disminuya el rendimiento del cultivo. La razón principal de ello no es la propia sal, sino su acumulación en el suelo a lo largo del tiempo. Para abordar este problema hay que tener en cuenta dos cosas:

  • Nivel de bridad. Para conocerlo deberás pedir un análisis a un laboratorio.
  • Drenaje del suelo. Cuanto mejor filtre el suelo las capas superficiales, menos cantidad de sales se acumularán en las capas de cultivo.

Por otro lado, existen una serie de acciones que podemos llevar a cabo para contrarestar la salinidad del agua. Entre ellas destaca mejorar el propio drenaje del suelo o nivelar el suelo para evitar mayores concentración de sales en algunos puntos. Por otro lado, potenciar el crecimiento de las plantas en las etapas tempranas también será positivo ya que aumentará su resistencia a la salinidad.

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